Críticas de Dolor y gloria

No soy precisamente una fan de Almodóvar, pero esta película (semi) autobiográfica me gustó bastante. Se ve sincera y directa, sin aspavientos, la historia parece que cuente poco y a la vez dice mucho.

Tuvo mala suerte al coincidir con 'Parásitos' en los premios internacionales y Antonio Banderas la tuvo al competir con Joaquin Phoenix.

Dolor y gloria es una película escrita y dirigida por Pedro Almodóvar, y lo cierto es que la película me ha gustado bastante por lo que no puedo hacer otra cosa que recomendártela porque creo que te gustará ya que como suele ser habitual con el cine del gran cineasta manchego la trama de este film es de lo más original.
Pero además de eso esta cinta tiene unos buenos actores y actrices españoles y latinoamericanos de primera fila haciendo unos papeles más que decentes y como suele ser habitual una emotiva banda sonora del señor Alberto Iglesias.
Pero lo que más me ha gustado es que en esta película de semi-ficción y/o semi-autobiográfica Almodóvar no nos cuenta tanto su vida, lo que sería sin duda muy interesante cuando se habla de una vida que ha sido tan intensa como la suya, sino que hace algo mejor, nos desnuda su alma, nos cuenta cuales son sus miedos, sus esperanzas, nos habla de su madre y de sus vecinas, esas mujeres que tanto le marcaron en su infancia, el descubrimiento del deseo, el amor, el desamor, las drogas, el descontento, el dolor debido a sus múltiples males y a la edad que no perdona, la gloria debida al éxito nacido de su trabajo, nos habla de la vida como su principal maestra, la soledad, y finalmente el cine como elemento redentor de nuestro protagonista Ped... ejem... Salvador.

'Dolor y gloria' es lo mejor que ha hecho Almodóvar desde 'Volver' y supone uno de los mejores papeles en la carrera de Antonio Banderas.

Una película tan personal que tiene alma y corazón propio, otra gran obra de Pedro para la historia de nuestro cine.

'Dolor y gloria' tiene un cierto regusto a cine ''viejo''. A un cine personal, antiguo, puro y desnudo. El tipo de cine que amas u odias, que te envuelve el alma o te la estruja de hastío. Personalmente, Almodóvar ha sido valiente. Se ha abierto en canal y nos ha dejado contemplar sus demonios ocultos, sus proezas, fracasos y sombras.

Cuando la magia llega al cine, te traspasa la piel y se queda a vivir para siempre en ti. Para mí eso es esta película.

Una ventana abierta hacia los momentos más dolorosos de un autor y desde ellos, la reconstrucción del mismo hacia la gloria.

Muy aburrida para mi.

"Lo escribí para olvidarme de su contenido, pero no quiero hablar de ello"

Adentrarse en una sala de cine para ver la nueva película de Pedro Almodóvar, Dolor y Gloria, produce la misma sensación que entrar en un confesionario con el director manchego. En la penumbra, el espectador asiste a una de las producciones más íntimas del director manchego, que rasga su propio corazón en la pantalla a través de ficcionar sus recuerdos de infancia, juventud y los dolorosamente más recientes.

La película presenta a Salvador Mallo (Antonio Banderas), un director de cine inmerso en los dolores físicos y mentales, que tiene la oportunidad de reencontrarse con un film que estrenó 32 años atrás. Esta zambullida hacia el pasado laeintroduce en un conjunto de recuerdos de su infancia (donde aparecen Penélope Cruz y Raúl Arévalo, como sus padres), reunirse con el actor protagonista con quien se había enemistado (Asier Etxeandía) y con un amor pasional de juventud perdido (Leonardo Sbaraglia).

Almodóvar juega con su iconoclastia pero sin ingredientes de ego. El manchego confiesa sus miedos, sus dolores, sus angustias que lo han marcado en el camino de la gloria. Los personajes de la película son bocetos ficcionados de la vida y lágrimas del director, que quiere hacer cómplices a los espectadores de su recorrido.

Con una fotografía excepcional, un pantone de colores digno de las mejores películas llamativas de Almodóvar y una banda sonora excelente, Dolor y Gloria vertebra un metraje que a ratos parece demasiado atareado en querer explicarlo todo, con la prisa de quien se emociona en contarte sus vivencias pero que, obviamente, tú no has vivido y tienes que ir cogiendo el hilo.

La trama, en ciertos momentos, se enfría por la descontextualización de ciertas escenas. Almodóvar salta hacia el pasado en varios momentos, sin mucho sentido al principio, pero con la intención de ir vertebrando una pieza filmográfica que se acaba exhibiendo en todo su esplendor al final de la película. Dolor y Gloria, aplaudida con vehemencia por muchos críticos, ha recibido matices negativos por la baja empatía que pueden producir ciertos actores, como Banderas. Más allá de la realidad, el malagueño no ironiza, ni imita ni caracteriza a Almodóvar. Vertebra un personaje con sentido, sentimiento y dolor, mucho dolor.

El deseo y la sexualidad, temas recurrentes en los filmes del director, son también ingredientes vertebrados a partir de la visión del Salvador más niño, cuando los descubrimientos y los primeros deseos afloran desde la más sentida pureza. Dolor y Gloria es un monólogo en la cueva, un canto de sirena de Almodóvar a sí mismo para alejarse del sufrimiento, para desempolvar la vejez y contener una emoción muy sentida.

Los detractores del manchego, si se liberan de sus prejuicios, se encontrarán con una película sincera, pasional y emotiva. Los simpatizantes y acérrimos de Almodóvar disfrutarán de un viaje a uno de los cocidos madrileños cinematográficos más distinguidos que ha hecho nunca. Reencontrarse, estimar, mirarse a los ojos, confesar las angustias. La gloria es inaccesible si no se siente dolor. Duele, sí, pero vale la pena.

He visto pocas de Pedro Almodovar pero esta me ha parecido la mejor.
Es como si cogiera todo su ser y lo plasmara en la pantalla.

Antonio Banderas hace una especie de mimetización del personaje que en el primer plano que tiene, parece que estamos viendo al director.

Y para rematar y lo que le da el punto final de calidad a la obra es ese maravilloso uso del metacine.

Ojalá la nominen al Óscar.