El mundo del ballet sirve como escenario para 'Black Swan', un drama psicológico con toques de suspense con el que Darren Aronofsky, siempre fiel a su estilo provocador, logra exprimir una a priori sencilla trama para conseguir una historia profunda, absorbente y perturbadora a partes iguales. La búsqueda de la perfección absoluta por parte de Nina, una joven bailarina que consigue un papel en la prestigiosa obra 'El lago de los cisnes', nos arrastrará a un fascinante viaje por el lado más oscuro del éxito; una realidad llena de obsesiones, envidias, ansiedad, esfuerzo y dolor. El insoportable peso de la presión acabará sumiendo a Nina —brillantemente interpretada por Natalie Portman—, así como al propio espectador, en un asfixiante descenso hacia los rincones más recónditos de su propio laberinto mental.

Aronofsky, haciendo gala de su habitual perfeccionismo, nos regala una puesta en escena absolutamente impecable y en la que, como cabría esperar de una obra que conjuga cine, danza y música, tanto la banda sonora como la fotografía son puro arte. Sobre este escenario de puro deleite visual, el director juega hábilmente con la cámara, con los planos y los espejos y nos adentra en un pequeño rompecabezas de luces y sombras donde el bien y el mal, la realidad y la ficción y la razón y la locura se enredarán en una hipnótica espiral de sensaciones. En definitiva, toda una experiencia audiovisual que es tan capaz de cautivar los sentidos como de perdurar en la memoria. Muy recomendable.

PD: Es evidente que guarda numerosas similitudes con 'Perfect Blue' de Satoshi Kon y, de hecho, Aronofsky compró los derechos de la obra japonesa para poder utilizar varias de sus escenas en esta película. Y creo que ahí el director demuestra que se puede hacer otro peliculón desde la admiración y el respeto sin caer en la copia (y aflojando pasta para no caer en posibles infracciones de derechos de autor, claro xD).

Va mejorando poco a poco, cuenta con buenas interpretaciones destacando a Natalie.

Un viaje a la locura, una BSO fundamental para ello, una gran dirección -seguramente la mejor que haya hecho Aronofsky- y una genial interpretación de Natalie Portman.

Notable película, su visionado es como cualquier pelotazo: comienza poco a poco y terminas frenético con un ritmo abrumador. Lo mejor de la filmografía de Aronofsky.

Historia inquietante y perturbadora que atrapa en su espiral de locura sobre todo por la actuación de Natalie Portman, la dirección, la fotografía y la BSO.

El clima se vuelve cada vez más asfixiante y se siente la tensión en aumento de la protagonista, sensación que se incrementa por ambientarse en un mundo tan competitivo y a la constante búsqueda de la perfección, como es el ballet.