Mandy, una enfermera con alguna que otra adicción, aprovechándose de su turno nocturno y con la inestimable ayuda de su descerebrada prima, intentan sacarse un sobresueldo. Una noche, después de que su prima meta la pata y estropee una entrega para un traficante peligroso, las dos se verán obligadas a romper la rutina habitual y encontrar un riñón de reemplazo por su cuenta. Es un hospital, por lo que está lleno de candidatos, pero también está lleno de formas de quedar atrapadas. Además el turno de noche es un lugar perfecto para traficar con órganos, esnifar algunas medicinas o tomarse un refresco, y quizás en un momento dado puedas verte rodeado de asesinatos, policías, traficantes y todavía más refrescos. No sabría decir el que, pero ciertamente tiene algo diferente, vergonzoso e incluso a veces algo divertido. Comienza lenta pero va mejorando, con una o dos sorpresas, toques de violencia, y sobre todo es bastante tonta y simple en todos los aspectos, pero logra el difícil objetivo de hacernos querer pasar tiempo con personas tan aborrecibles. Las actuaciones no están mal, en acorde con el tono general, incluyendo a un David Arquette que anda por ahí. Desde luego no es un hospital para ir a pasar una noche, y la seguridad y la policía tampoco es nada de qué estar orgulloso. A pesar de todo esto, es corta y se deja ver.
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