Este spin off salió cuando me tragaba todos los programas de Masterchef España, salvo las ediciones junior, que nunca las he llegado a ver, y cuando han salido las senior tampoco, pero este sí captó mi atención. Pero claro, si el formato original cada vez es más espectáculo y menos cocina, ¿qué se puede esperar de la versión Celebrity? Menos cocina y más mamarracheo.

Es cierto que en el formato original tenemos a gente que quiere dedicarse al mundo de la cocina, que quieren ser chefs, y que luchan por ello y se juegan mucho más, mientras que aquí tenemos a un montón de famosos que por lo general no han pisado una cocina, por lo que muchas de las cosas que hacen tienen un mérito especial sólo por eso. Pero también es cierto que cada vez vienen más preparados, quien más y quien menos contacta con algún chef profesional cuando le avisan de que ha sido admitido en el programa y se preparan a conciencia. Claro que no a todos les va igual de bien ni por esas.

En cuanto a los concursantes, la verdad es que muchas veces me recuerda a lo que hacen en Tu cara me suena. ¿En qué sentido? Pues en el de que rescatan del olvido a famosos de los que no se acuerdan ni en sus casas, y en programas como este o ese otro que he mencionado los vuelven a traer bajo los focos y más de uno habrá conseguido trabajo a posteriori gracias a estas oportunidades. Pero también es un formato que es pura caspa, traen a la flor y nata de Españita, véase Los Morancos, Ana Obregón, toreros varios... Sí sí, como suena. A otros concursantes no los había visto en mi vida, o también aprovechan para mostrar otra cara de personalidades como María Zurita o Tamara Falcó, además de influencers varios como hay habido en la temporada 8. En algunas temporadas cuando veía el reparto decía que me negaba a ver eso, pero luego terminaba cediendo y diciendo que vería un programa o dos y si no me gustaban o me caían mal lo dejaba. Cuál ha sido mi sorpresa en la temporada 8 al caerme bien Eduardo Casanova, que o es muy diferente de lo que pensaba o ha hecho un papel diferente para el programa, pero me he reído mucho con él.

En resumen, una versión diferente de Masterchef, donde rescatan del olvido a algunos famosos o le dan oportunidades a otros a los que no se ve tanto, al menos en televisión, pero que de cocina tiene poco y de espectáculo, mamarracheo y prensa del corazón va sobrado. Porque claro, nos cuentan todos su vida como si estuvieran vendiendo alguna exclusiva y no en un concurso de cocina. Pero reconozco que últimamente me entretiene más este formato que el original, por eso la última edición de aquel no la he visto y sí la de este, que ha sido posterior.