El nombre de Avatar, después de la gran serie que se realizó en la década de los 2000, creció como la espuma en los años posteriores con la película de acción real de M. Night Shyamalan que mostraba parte de la primera temporada pero no capturaba la esencia de la serie, y una historia de animación como spin off de la serie original. La Leyenda de Korra nos muestra el mundo del Avatar 70 años después de los sucesos de Aang.

Tierra, Fuego, Aire, Agua. Cuando era un niño, mi padre (Avatar Aang) me contó la Historia de como él y sus amigos dieron fin heroicamente a la Guerra de los 100 años. Aang y el Señor del Fuego Zuko transformaron las colonias de la Nación del Fuego en la República Unida de Naciones, una sociedad en la que los Maestros y los No Maestros de todo el Mundo podrían vivir unidos en Paz y Armonía. A la capital de esta gran tierra la llamaron Ciudad República. Aang consiguió grandes logros en su vida, pero por desgracia, su ciclo en este Mundo llegó a su fin. Y al igual que el ciclo de las estaciones, el ciclo del Avatar comenzó de nuevo.

Con esto comienza la serie de La Leyenda de Korra, mostrándonos al personaje de Korra, una chica adolescente de las tribus del Agua en la que se reencarna el espíritu del Avatar. La historia funciona de la misma forma que su predecesora, como libros (temporadas) y capítulos (episodios). La diferencia de Korra con Aang tiene que ver con su condición y su cultura. A diferencia de Aang que era un nómada del Aire, Korra es de las tribus del agua (como Katara) pero, al ser la heredera de los poderes del Avatar, toma unas características más belicistas. Además conoce tres de los cuatro elementos. De ahí que vaya con Tenzin (el hijo de Aang) a Ciudad República a aprender el elemento Aire. Allí conoce a sus tres amigos que acompañaran en sus aventuras: Mako, Bolin y Asami. Evidentemente, esta historia se tiende a asemejar a su predecesora y no es mi intención hacerlo en esta crítica pero no puedo evitar mostrar esas diferencias que la hacen ser una serie diferente.

Cuando en Aang podríamos estar en algo similar a un mundo del S.XIX, aquí se ve algo similar a la industrialización del mundo. Y eso fue de lo que se quejó que esta serie no captaba la esencia de su predecesora, sino que sería algo más similar a un mundo occidental. Y lo entiendo, porque lo que mostraban era un mundo en el que los Maestros de control de los elementos no tendrían sentido y eso se ve cuando la "magia" es sustituida por utensilios como bombillas, teléfonos, aviones etc. por lo que el hecho de que hubiera "benders" en un mundo avanzado tecnológicamente era algo obsoleto. Además Ciudad República parece más una ciudad norteamericana que una asiática.

Además después de todo, la serie no fue bien acompañada por Nickelodeon. Primero sus creadores (Konietzko y Di Martino) quisieron hacer una miniserie. Visto el éxito, Nickelodeon les pidió otras temporadas pero no acompañaron en las audiencias posteriores y se tanteó su cambio de emisión a la página web y no en TV. A partir de la segunda temporada, parece que toma otra historia ya que deja de lado Ciudad República y se centra más en un mundo espiritual y lo que eso conlleva. Al ser distintas épocas, Korra no está tan acostumbrada al nivel espiritual que sí estuvo Aang. Tiene sus momentos cómicos bien equilibrados con otros momentos de drama, además de un personaje cómico como Meelo que es de los mejores de la serie.

La evolución de los personajes se nota y crecen bastante. Con Aang se mostró que era un ser humano que aprendió a ser el Avatar, mientras que Korra era el Avatar que aprendió a ser humana. Además el episodio en el que se conoce la historia del Avatar Wan (el Primer Avatar) es bastante interesante. Korra tiene unos tormentos y unos traumas después de descubrir su condición de Avatar y lo que representa y en la cuarta temporada cuando conoce a Toph y esa frase que resuena y toca el corazón: "Nice to see you again, Twinkle Toes". Al final algunas amistades trascienden vidas. Además de la evolución de Bolin, Asami y Mako, Tenzin se descubre a sí mismo dándose cuenta de que no es su padre (Aang) sino que debe ser él mismo, el padre de Jinora, Ikki, Meelo y Rohan.

Los malos a diferencia de Aang que era una lucha entre blancos y negros, aquí son una amalgama de grises, y con algunos de ellos empatizas tanto que se vuelven en tus personajes favoritos. Y además muestran algunas ideologías que cautivaron al mundo: Amon (Comunismo), Unalaq (Colonialismo/Teocracia), Zaheer (Anarquismo) o Kuvira (Fascismo/Nacionalismo). La historia de Zaheer es de las más redondas y además de los mejores malos de una serie de animación.

Con todo y con esto, ¿merece la pena la serie de Korra? Sí, pero no esperes una serie como la de Aang. Tiene sus luces pero tiene algunas sombras que la hace brillar con luz propia. La evolución de Korra es otro de esos puntos fuertes de una serie que, a pesar de ser interesante, se queda a la sombra de su predecesora. Se agradece la presencia de otros personajes de la serie anterior (como Katara Zuko o Toph). Si te gustó Aang posiblemente te guste, y si como yo, juzgas las series como diferentes, posiblemente la disfrutes también. Y recordad: "Cuando tocamos fondo, estamos abiertos a los cambios más importantes."