Aunque Akira Toriyama será principalmente recordado por 'Dragon Ball', creo que es justo rescatar del olvido a la también icónica 'Dr. Slump', su primera obra en ser adaptada a formato anime y, de algún modo, el germen de todo lo que posteriormente marcaría su trayectoria como artista y creador. De hecho, es inevitable ver las similitudes entre Goku y la protagonista que aquí nos ocupa: Arale, una niña robot que desprende inocencia e ingenuidad por cada uno de sus circuitos y que, pese contar con una fuerza sobrehumana, jamás la utiliza para aprovecharse de los demás. Era el arquetipo clásico del héroe bondadoso y despreocupado, solo que teñida de la pureza y el encanto que le otorgaba su condición infantil y que, en claro paralelismo con el mito de Frankenstein, también servía para explorar todo lo referente tanto a la relación con su creador, el Dr. Senbei Norimaki, como a la búsqueda de la propia identidad, aunque, eso sí, siempre bajo el prisma del humor absurdo y la caricatura a la sociedad contemporánea.

Lo más curioso es que 'Dr. Slump' ni siquiera tenía una trama principal como tal, pero eso nunca fue un problema para que miles y miles de niños pasasen incontables tardes pegados a la pantalla del televisor. A título personal, mi infancia no habría sido la misma sin perderme durante horas en la peculiar ciudad de Villa Pingüino —gran nombre para un pueblo, todo sea dicho—, ese pintoresco lugar lleno de guiños a la cultura pop —como el mítico Superman con sobrepeso—, situaciones surrealistas y unos personajes tan extravagantes que no hacían sino alimentar todavía más ese tono de disparate total que invadía cada escena. Sin lugar a dudas, una serie divertida, increíblemente original y tan apropiada para niños, quienes se lo pasarán en grande con las gamberradas de Arale, como para todos aquellos adultos que ahora, e independientemente de si la vieron o no siendo unos mocosos, podrán apreciar las muchas capas de irreverencia y sátira social que Akira Toriyama infundió a la obra. Gracias por todo, maestro.

Creo que fueron los primeros dibujos animados/serie de animación que vi y la recuerdo con mucho cariño, aunque siempre estuvo eclipsada por 'Dragon ball' porque las dieron al mismo tiempo, es una serie que vale mucho la pena.

Es muy divertida, muy surrealista, muy original... muy diferente. El humor era un poco particular, porque Sembei era pervertido para una serie ¿infantil?, otro Mutenroshi.

Los personajes son de lo más variopinto: unas cacas rosas que hablan, dos bebés que comen chatarra, un chico que se transforma en tigre cuando le toca una chica, un Superman que siempre llega tarde porque no encuentra una cabina de teléfono parra cambiarse...

Incluso tuvo un crossover mítico con 'Dragon ball'.