La verdad es que me esperaba algo más terrorífico, y resulta curioso que pueda decir que me ha dado tiempo incluso a aburrirme un poco.

Más que un slasher es todo un relato gótico al más puro estilo de Drácula, por curioso que pueda parecer, no sólo por ser una "criatura" de leyenda, sino por la historia del monstruo enamorado de la protagonista que quiere convertirla en inmortal para estar siempre con ella. Además, las apariciones de Candyman son de lo más curiosas, que su manera de actuar sea implicar a Helen en los asesinatos me hace gracia.

Si hubiera sido un slasher al uso, o más gore, me habría gustado más, o incluso si hubiera tenido algún que otro susto, pero resulta bastante lenta, y hasta que aparece Candyman por primera vez se hace repetitiva. Ni siquiera el intento de ser reivindicativa le sale demasiado bien. Pero supongo que es de esas que hay que ver al menos una vez, porque no deja de ser mítica. Me pensaré si veo las secuelas o el remake.

Tras el tercer visionado de Candy Candy, le he bajado un punto.
Y ha sido un discusión reñida porque el trabajo de Phiip Glass es excelente, pone los pelos de punta escuchar esos órganos litúrgicos acompañados de los mismísimos coros del averno. Y para mí lo único destacable de esta película que juega a algo que ya hemo visto en unas cuantas ocasiones queriendo llevar a la pantalla leyendas urbanas.
Aunque esta proviene de la mano del autor inglés Clive Barker, quizás lo conoceréis mejor por otra de sus obras más célebres Hellreiser. Aquí ,un tal Bernard Rose se curra un 'Juan Palomo' y dirige y guioniza el relato 'Lo prohibido' estraido de Libros de Sangre. Y lo hizo con la venia el autor, que firma como productor. Y tras el visionado entiendo que ni siquiera la vio y se limitó a abrir el bolsillo.
Empieza bien la cosa, la música, los planos, la fotografía, y una voz en off que pretenden acojonarnos nada más empezar. Una buen declaración de intenciones iniciales.
La pena es que no le dura mucho la gloria y se desinfla tras el primer tercio del visionado entrando en un corre que te pillo sin mucho sentido que nos lleva por varios estados pero sin siquiera rozar el terror. Reivindicaciones raciales, problemas conyugales y una historia de amor interrumpida que acaban distorsionando lo que pintaba a relato gótico de los de toda la vida.
Esta hecha en el 92 pero atufa a cine clásico del terror ochentero que tantas glorias dio.
Y con la venia de Wes Craven y nuestro querido Freddy Manoscuchillas , esto parece un subproducto de su factoria más cutre. Y también se permite robarle un trocito al Drácula de Stocker y su repetitivo amor por Mina Murray .
Aunque Candyman le gana en comeollas, no solo quiere destriparte sino que le encanta comerte la orejita con dialogos insufribles de alma despechada .
Y para remate final nos preparan un homenaje a nuestra queridas fallas con un mascleta racial .
Una pena porque creo que en otras manos hubiera estado interesante, no se quizás Cronenberg o el ya mencionado Craven lo hubiesen bordado.
Los protagonistas, bueno, no están mal. Virginia Madsen lo hace bien y Tony Todd acojona nada más abrir la boca, pero un guión sin ideas entierra cualquier sentido a la historia. Que desembocará en un horrendo final .
Tiene toda la pinta de que esto querían estirarlo hasta la saciedad cual pesadilla en Cabrini-Green y nos dejan un detalle para que esto se posible. A esta supuesta segunda parte yo la habría llamado La heredera del garfio .

Sólo me sonaba la escena de los baños de cuando la vi, pero la recordaba un poco mejor. Un poco. El punto de partida de los orígenes del folklore es un concepto interesante, pero cuando empiezan los asesinatos y la implicación de Helen ya me he empezado a aburrir. Se pierde en un guion absurdo y sin sentido. A Candyman le falta fuerza, su forma de actuar resulta confusa.

Seguro que existen personajes más irrelevantes, estúpidos e insulsos que Stacey, pero ahora mismo no se me ocurre ninguno.

Pues yo creo que es la segunda mejor adaptación de Clive Barker después de Hellraiser. Aunque molaría que alguna fuera muy buena, pero no lo consiguen.

Lo hace muy bien con las historias que se cuentan dentro de ella, dan muy mal rollo, fuera de ahí tira mas del screamer, hasta que hace la presencia Candyman y vuelve a remontar con lo que es Clive Burke, esa mezcla de romance, sangre, mundos que coexisten con la realidad etc..

Me ha agradado, pero me sigo quedando con Hellraiser.