Roger Gual vuelve a repetir fórmula tras su galardonada Smocking Room.
Vamos a encerrar a la peña y le vamos a dar un sustito para ver como reaccionan.
Y lo hará en un estudio donde nuestros protagonistas tienen montada la empresa.
Todo muy diáfano, sencillo pero con pasta de por medio, porque parece ser que a nuestro cuatro amigos les va muy bien la cosa.
Suena el teléfono y vamos desgranando poco a poco los acontecimientos que nos traen a este despacho y a sus cuatro componentes.
Llaman al timbre y aparece el quinto personaje en escena, es un mediador al que también envolveran en su misterio imponiéndole unas condiciones tan atractivas como sospechosas. Porque esto es una mediación especial.
Y a que jugamos, pues resulta que han recibido un chivatazo y hacienda esta detrás de su mala gestión. Solución, que uno de ellos realize una transferencia de una cuenta en Suiza y así será el chivo y pagará con siete años de cárcel, mientras los otros continuarán la vida loca con un pelín más de moderación.
Paco Leon es Luis "alfil" y el creador del producto, Juana Costa es Verónica "caballo" y maneja la pasta, Alex Brendemuhl es Marcel el CEO y "torre blanca" y Juan Pablo Raba es Carlos "torre negra" y el se encarga de que esté todo el mundo contento.
Y el que llama a la puerta es Manuel Moron haciendo el papel del mediador pringado que no sabe todavía en que follon se ha metido.
Todos serán piezas dentro de un tablero de ajedrez decidiendo su destino y el de los demás.
A mí este tipo de historias tan teatreras me encantan, eso de encerrar a la gente para ver como desarrolla me parece pura magia, que en cualquier momento algo tenga que romperse en mil pedazos y haya que ir con muchísimo cuidado.
Me he encontrado con estas situaciones en algún curso de formación empresarial, y lo he disfrutado como si estuviera participando en una partida de rol.
Y eso me parece en el fondo, una buena partida de rol, pero donde algo me chirría, y por desgracia es lo de siempre.
Que una pesima actuación da al traste con una buena idea. Vaya, un topicazo en nuestro país. Solo destacaría a Manuel Moron, que tiene los 'ejem' pelados en este tipo de personajes, y lo clava. Al resto lo veo superados por las circunstancias. Parece que estaban en la prueba del casting o les dieron el guión unas horas antes o en otro idioma.
Una pena.

Pues me ha parecido una película interesante, tratar de buscar una solución lógica a un problema al que es imposible no meterle pensamiento emocional, y desde el minuto dos ya te están planteando la situación, con lo que apenas tiene relleno, y durando una hora y cuarto ayuda a que no caiga en repeticiones o demasiado desgaste, además el guion me ha parecido bueno y está muy bien interpretada.

Como curiosidad, al actor Juan Pablo Raba, el de barba, lo he visto en series americanas haciendo de marine hispano, de mejicano, y ahora con un acento como si fuera de Madrid de toda la vida, bien jugado el actor ahí.